El 2 de febrero de 1594, en el Real Monasterio de la Limpia Concepción, en Quito Ecuador, la Santísima Virgen se le apareció a Sor Mariana de Jesus Torres y le pidó que mandara realizar una imagen de ella exactamente como la Madre Mariana la veía. Ella deseaba que esa imagen se colocara sobre el asiento de la Priora en el coro alto, así desde allí, ser ella quien gobierne con eficacia su convento. Ella deseaba que el báculo se colocara en su mano derecha como muestra de su autoridad como superiora, junto con las llaves del monasterio para así ser Ella quien lo defienda en los siglos venideros.